lunes, 9 de septiembre de 2013

Gritar: ¡Vida!
y que tiemblen mis labios.
Disfrutar la espera meciendo tempestades
que a ti solo te acaricie el aire,
que a ti sólo te arrullen libertades.
La áltima luz es verde y ni siquiera puedo verla. Me envuelve, como a Gatsby, y me mece suavemente entre el pasado y el futuro, entre los recuerdos y las ideas. A veces brilla con mucha intensidad, otras se vuelve tenue. Pero siempre me acompaña.

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